Desde aquel 3 de octubre cuando se celebró la primera audiencia de juicio se escucharon duros testimonios.
F.A., una presunta víctima de trata rompió el silencio y acusó a Marcela Castro y Jessica Aguirre de ser las promotoras de una red que captaba, reclutaba y explotaba sexualmente a jóvenes salteñas en Chile.
La joven dijo haber querido salir del “negocio”, pero esto no habría sido bien visto por las imputadas. El malestar continuó cuando en noviembre de 2014 Castro, Aguirre y dos jóvenes más fueron hasta la casa de la víctima. Alcoholizadas –según reconoció Castro- ingresaron a la vivienda de Tres Cerritos y golpearon a la muchacha acusándola de haberle robado dinero.
Entonces se marcharon con $ 95.000 y u$s 3.000, según denunció F.A. El incidente terminó con la detención de las cuatro mujeres, pero el fiscal Francisco Snopek aseguró en las audiencias de juicio que Castro y Aguirre ya eran investigadas.
En 2013 y 2014 Gendarmería Nacional realizó escuchas telefónicas a las acusadas para encontrar pruebas de los viajes a Calama y Tocopilla, en el auto particular de Castro o en micros de larga distancia. Los efectivos buscaban pruebas y así el fiscal pudiera formalizar la acusación. Durante las audiencias de juicio se reprodujeron algunos audios. En ellos, hombres mayores de edad contactaban a Castro pidiéndoles jóvenes con “servicio completo” y que fueran “mansitas”. Sobre esta prueba, la mujer dijo que los “contactos” formaban parte de su pasado en el que ejerció la prostitución, pero que eran para llevar jóvenes a fiestas y hacer presencias.
Revelaron los audios que comprometen a Castro: “quería ver si tenés alguna chica para hoy o mañana”
El abogado de las acusadas, Marcelo Arancibia, sostuvo que más allá de las escuchas no está probado que efectivamente se hayan concretado los encuentros en casas u hoteles.
Una vida de tormentos y necesidades
Marcela Castro y Jessica Aguirre ejercieron su derecho de prestar declaración. Ambas coincidieron en haber sufrido una crianza de necesidades por las cuales se introdujeron en el mundo de la prostitución.
En todo momento negaron que haber llevado a jóvenes para explotarlas sexualmente en los cabarets del empresario prófugo de la Justicia, Anthony Mark Rodríguez Gómez. Aseguraron que los viajes fueron en busca de una mejor salida laboral. Las acusadas y las supuestas víctimas cumplían trabajos como mozas.
La declaración de las acusadas coincidió con los relatos de testigos acercados por su defensa. Familiares, amigos y ex parejas sostuvieron que los viajes al vecino país se concretaban por motivos económicos, que las jóvenes que se sumaban a ellos eran por iniciativa propia y que todas eran mayores de edad. Desmintieron la acusación de F.A. quien aseguró que una vez en Chile, Castro le retenía los documentos para impedir que regresaran.
Alegatos y sentencia
El juicio que se extendió por casi dos meses llegará este martes 21 de noviembre a su fin. Es uno de los casos más resonantes de la historia policial reciente de Salta. Dos mujeres acusadas de captar, reclutar y explotar sexualmente a jóvenes salteñas en Chile conocerán la sentencia que dicte el Tribunal de Juicio.
Castro y Aguirre sostuvieron su inocencia; el fiscal aseguró que tiene pruebas para sostener la acusación mientras el abogado de las imputadas indicó que se trata de una “causa armada” por F.A. en contra de las mujeres y mostrará pruebas nunca antes reveladas y que apuntarían a la supuesta víctima.