Luego del parate por la feria judicial, el reinicio de la causa contra el ex juez federal de Orán, Raúl Reynoso, fue con todo. El único testigo citado era de los más esperados por los protagonistas ya que es quien aportó la declaración clave que permitió iniciar la investigación y concretar los allanamientos que hicieron estallar el escándalo.
Se trata de un joven abogado que en 2014 llegó a trabajar a Orán y al poco tiempo advirtió que no era lo que esperaba. Pasó de trabajar en el fuero civil a hacerlo en el penal y allí terminó de horrorizarse. Cuando la Justicia lo convocó para declarar en la investigación, brindó un testimonio tan extenso y grave que poco más hizo falta para allanar el Juzgado y concretar las primeras imputaciones.
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El avance de la causa derivó en el juicio que comenzó el año pasado y hoy se reanudó justamente con su declaración. El testigo, cuya identidad se protege, debió declarar en persona luego de que dos de los tres jueces rechazaren el pedido del Programa Nacional de Protección de Testigos para que declare vía teleconferencia ya que denunció amenazas y aprietes. No le tembló el pulso y sus declaraciones fueron explosivas, mientras en la sala no solo había más policías federales de lo normal sino que también estuvieron presentes cuatro guardias de seguridad personal.
“Reynoso manejaba el Juzgado como patrón de estancia”
“Me dijo que tenía que hacer todo lo que él decía, sin cuestionar”, arrancó describiendo cómo fue el trato inicial hasta que poco después lo bajó de cargo, algo que lo sorprendió pero no se animó a pedir explicaciones ya que, según afirmó, Reynoso todo imponía infundiendo temor y enrostrando su poder, amenazando a los empleados con dejarlos sin trabajo o sumariarlos. “Reynoso manejaba el Juzgado como patrón de estancia”, enfatizó.
Rodeado de amigos y gente de confianza
Al igual que lo declararon ya otros empleados del Juzgado, el testigo protegido dijo que Reynoso le daba las causas más pesadas, con imputados poderosos o secuestros grandes a su empleado de mayor confianza: el también imputado Miguel Ángel Saavedra. A su vez, dijo que esta persona atendía especialmente a los abogados imputados de formar parte de la asociación ilícita que gestionaba coimas para beneficiar a narcos: María Elena Esper, Ramón Valor, René Gómez, mientras que Arsenio Gaona no pasaba por el Juzgado pero enviaba intermediarios como el abogado Enrique Romano.
Afirmó que siempre las causas de esos abogados avanzaban con celeridad y hasta aseguró que muchos abogados que trabajan en Orán se quejaban porque los imputados les quitaban clientes y que eso sucedía porque las personas sabían que solo con esos abogados podían lograr resultados en sus causas.
“Hubo rumores de que Sejas Rosales puso muchos dólares para ser favorecido”
También apuntó contra el gendarme Gerardo Garrido, encargado de la seguridad del Juzgado y mano derecha del ex magistrado. “Garrido hacía tareas personales para Reynoso, un día me lo crucé en el banco y me dijo que estaba por depositar dólares que eran del juez”, expresó el testigo.
La causa Sejas Rosales
Sin duda hubo una causa que terminó de horrorizar al joven abogado, la que tiene como imputado al empresario transportista boliviano, José Luis Sejas Rosales, sospechado de haber hecho ingresar una tonelada de cocaína al país a través de sus camiones.
Este hombre estuvo detenido en Salta pero al poco tiempo, según declaró el testigo, Reynoso se le acercó y le ordenó que lo procese como partícipe secundario y sin prisión preventiva. “Me sorprendí porque ya la Procunar nos había dicho que era el dueño de la empresa (muchos de sus camiones fueron detenidos con droga y precursores químicos) y que tenía 12 causas que así lo señalaban, se lo dije pero no le importó y me dijo que lo obedezca; después la Cámara Federal de Apelaciones lo anuló (a ese procesamiento)”, señaló el ex empleado del Juzgado de Orán.
“Para mí es muy difícil estar hoy acá, yo fui amenazado fuertemente por Reynoso y luego hasta me denunció penalmente”
Así Reynoso liberó a Sejas Rosales y no le dispuso ninguna prohibición para salir del país, por lo que el empresario inmediatamente volvió a Bolivia, donde luego fue detenido y hoy se sigue esperando su extradición.
Entre tantas cosas extrañas que sucedieron en este caso, el imputado valor fue inicialmente el abogado de Sejas Rosales pero como antes había participado como juez subrogante en esa causa, debió apartarse.
“Hubo rumores de que Sejas Rosales puso muchos dólares para ser favorecido”, indicó el testigo.
Amenazas y su teléfono intervenido
“Para mí es muy difícil estar hoy acá, yo fui amenazado fuertemente por Reynoso y luego hasta me denunció penalmente”, dijo el abogado al hablar de cómo vive lo que está sucediendo desde que estalló el escándalo y agregó que la causa en su contra se terminó archivando por falta de denuncia.
Contó que existe un audio grabado después de los allanamientos y de que Reynoso se entere de lo que él había declarado ante el juez instructor Julio Bavio, en el que se escucha al ex juez de Orán decir que se iba “a encargar de que (el testigo) no tenga una vida fácil”.
El abogado declaró que luego de declarar en la investigación se tomó licencia por obvias razones y que Reynoso sacó todas las cosas de su escritorio y hasta ordenó inspeccionar su computadora.
“Un empleado de la Uesprojud (Unidad Especial de Procedimientos Judiciales) me contó que mi teléfono estaba intervenido, justo después de que Reynoso me dijera que me iba a hacer investigar por Gendarmería”, agregó.
La audiencia de hoy terminó cuando Reynoso apenas empezaba a hacerle preguntas al testigo en ejercicio de su autodefensa, por lo que cuando se reanude el lunes 19, seguramente se producirán más cruces, polémicas, chicanas y momentos tensos como los que se produjeron hoy.